En el mundo y la época en la cual vivimos, los niños pequeños están  sobrecargados de estímulos sensoriales, sumado a  las presiones que viven en la escuela y las diferentes realidades  familiares... en nuestra práctica cotidiana nos resulta evidente que los chicos necesitan un espacio para poder aquietar sus mentes y sus cuerpos , e identificar sus emociones. Y de esta manera lograr calma, focalizar la atención,  aprender a tomar consciencia de sí mismos, conectarse con sus emociones, y así poder controlar su cuerpo, su mente y su conducta.
Usando ejercicios cortos, divertidos e interactivos, adaptados especialmente para su edad, los niños aprenden a ser cada vez más conscientes  de sus pensamientos y acciones, logrando mejorar la concentración, atención, regulación emocional, control de la impulsividad,resolución de conflictos y empatía,  construyendo un clima más relajado dentro de la clase.

Es nuestra intención dar un testimonio de los beneficios que estas prácticas tienen en nuestra tarea cotidiana. Somos muy conscientes de que algunas de las actividades favoritas de nuestra mente nos llevan a juzgar situaciones como buenas o malas, a rechazar y quejarse, a resistirse a los nuevo y quedarse “enganchado” a lo conocido, a comparar, a criticar, a prejuzgar.....
Les proponemos hacer una pausa, respirar profundamente y darle un descanso a esas actividades de la  mente  y dejarse llevar, disfrutando de la lectura de esta experiencia. ¡Gracias!

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